martes, 16 de junio de 2015

Reseña de Fiebre en SOLO TEMPESTAD. Por Gabriel Balmaceda

Reseña #31- El pasado vuelve a tocar la puerta



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Por Gabriel Balmaceda
Viajar al pasado, tomarse un tren y volver al barrio que conoces de pe a pa. Ese barrio que sufrió transformaciones propias del paso del tiempo, como todas las cosas de este mundo. Los flashbacks vuelven tan rápido que desaparecen como estrellas fugaces, pero se acumulan en tu cabeza llenándola de recuerdos. Quizás esto haya sido el germen de Fiebre, segundo libro de Mauro Quesada.
¿Fiebre de qué? Fiebre de un sábado brutal, podríamos decir. Esa fiebre que sentíamos cuando éramos jóvenes y queríamos que llegue el fin de semana, la salvación de nuestra rutina. Quesada indaga en ese pasado que está vivo en cada poema, no hay olor a rancio ni a viejo. Un pasado en el Oeste del Gran Buenos Aires en el que se reviven los viajes en colectivo de vuelta a casa, los primeros besos, las cogidas en los telos aledaños a los boliches, los viajes en el primer coche, las llegadas en pedo a la casa y la comida recalentada del domingo al mediodía. En esos recuerdos, el pasado de Quesada se hace presente como si rebobináramos, una y otra vez, un VHS en una videograbadora.
Como dice Manuel Alemian en la introducción al libro, el ‘yo’ de estos poemas no baja línea, no hay moralina ni hay juicio de valor a este pasado, a esta juventud. Lo que hace Quesada es volver al pasado, mostrarlo, ponerlo frente a nosotros, quizás en modo de voyeur nostálgico. Esto hace verosímiles a los personajes en estos poemas, donde el cheto es cheto, el chico de barrio tiene dudas y sueños como cualquier pibe de cualquier lugar. Somos testigos de una juventud que avanza por puro el deseo de ser vivida, el vivir mueve y trae cambios como las olas del mar que llegan a la orilla por pura fuerza.
Fiebre es un libro que respira puro pasado en un presente que sabe muy bien que la juventud pasó y fue una de las cosas más hermosas de este mundo. Un poco extrañando esa edad dorada pero siempre con un pie en el presente. En Fiebre no hay futuro, no hay nada más que presente volviendo a un pasado. Volver al pasado tendría que ser eso, una acumulación de recuerdos sin juicios de valor, una muestra más de la existencia humana. Un pasado que vuelve como un sueño de medianoche.
Fiebre (2014)
Autor: Mauro Quesada
Editorial: El ojo del mármol.
Género: poesía.



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