viernes, 18 de septiembre de 2015

2001

2001


En el 2001
no hubo ninguna odisea del espacio
en cambio sí
una desocupación record en Argentina.
Era muy difícil conseguir trabajo
para cualquiera y también
para un estudiante
de Ciencias de la Comunicación
sin ningún conocimiento
ni experiencia
ni capacitación
en la vida real.

Mis pretensiones iban bajando
a medida que aumentaba
el reparto de currículums.
Hasta que un día
me llamaron
del supermercado Jumbo.
El sueldo era bajo
y tenía que trabajar los fines de semana
pero quedaba
cerca de casa
y me permitía seguir estudiando.
Solo tenía una certeza
allí dentro
la semiótica y el estructuralismo
no me servirían de nada.

viernes, 4 de septiembre de 2015

martes, 16 de junio de 2015

Reseña de Fiebre en SOLO TEMPESTAD. Por Gabriel Balmaceda

Reseña #31- El pasado vuelve a tocar la puerta



11065971_10206364708217148_1097129967_o
Por Gabriel Balmaceda
Viajar al pasado, tomarse un tren y volver al barrio que conoces de pe a pa. Ese barrio que sufrió transformaciones propias del paso del tiempo, como todas las cosas de este mundo. Los flashbacks vuelven tan rápido que desaparecen como estrellas fugaces, pero se acumulan en tu cabeza llenándola de recuerdos. Quizás esto haya sido el germen de Fiebre, segundo libro de Mauro Quesada.
¿Fiebre de qué? Fiebre de un sábado brutal, podríamos decir. Esa fiebre que sentíamos cuando éramos jóvenes y queríamos que llegue el fin de semana, la salvación de nuestra rutina. Quesada indaga en ese pasado que está vivo en cada poema, no hay olor a rancio ni a viejo. Un pasado en el Oeste del Gran Buenos Aires en el que se reviven los viajes en colectivo de vuelta a casa, los primeros besos, las cogidas en los telos aledaños a los boliches, los viajes en el primer coche, las llegadas en pedo a la casa y la comida recalentada del domingo al mediodía. En esos recuerdos, el pasado de Quesada se hace presente como si rebobináramos, una y otra vez, un VHS en una videograbadora.
Como dice Manuel Alemian en la introducción al libro, el ‘yo’ de estos poemas no baja línea, no hay moralina ni hay juicio de valor a este pasado, a esta juventud. Lo que hace Quesada es volver al pasado, mostrarlo, ponerlo frente a nosotros, quizás en modo de voyeur nostálgico. Esto hace verosímiles a los personajes en estos poemas, donde el cheto es cheto, el chico de barrio tiene dudas y sueños como cualquier pibe de cualquier lugar. Somos testigos de una juventud que avanza por puro el deseo de ser vivida, el vivir mueve y trae cambios como las olas del mar que llegan a la orilla por pura fuerza.
Fiebre es un libro que respira puro pasado en un presente que sabe muy bien que la juventud pasó y fue una de las cosas más hermosas de este mundo. Un poco extrañando esa edad dorada pero siempre con un pie en el presente. En Fiebre no hay futuro, no hay nada más que presente volviendo a un pasado. Volver al pasado tendría que ser eso, una acumulación de recuerdos sin juicios de valor, una muestra más de la existencia humana. Un pasado que vuelve como un sueño de medianoche.
Fiebre (2014)
Autor: Mauro Quesada
Editorial: El ojo del mármol.
Género: poesía.



http://www.solotempestad.com/resena31-quesadaxbalmaceda/

lunes, 11 de mayo de 2015

LA CARRETILLA ROJA

Presentación de LA CARRETILLA ROJA EDICIONES. 
16 DE MAYO DE 2015. 18HS
En Multiespacio Palermo 1414
(dirección; escribir a lacarretillaroja@gmail.com)


miércoles, 15 de abril de 2015

la pista

la pista


estacionás el auto
en el mismo lugar donde lo estacionabas
caminás y ves cómo
todo cambió
el boliche al que ibas
ahora es un supermercado chino
sin embargo por curiosidad
entrás allí
intentando recordar cómo era
dónde estaban
la barra
la pista
los baños
los sillones
y se aparecen rostros que habías olvidado
voces risas besos
olor a cigarrillo
chicles y perfumes
entonces las noches se van apilando
en un caos que te deja sin aliento
pero súbitamente volvés
solo hay góndolas y heladeras
gente comprando indiferente
y una música
que nunca escuchaste

llevás a la caja dos cervezas
y le pagás
a una china que no te saluda


jueves, 5 de febrero de 2015

Reseña de Fiebre en Agenda Prisma


Fiebre, Mauro Quesada
Poesía
El ojo del mármol
Buenos Aires, 2014
Por Sofía Ferro
 Una vez un editor me confesó que publicar poesía era, para él, un desperdicio de papel; que la narrativa, por el contrario, en términos productivos, es efectiva.El espacio en blanco que deja el poema en la página es un robo, un derroche de recursos angustiante. La narrativa es siempre una mejor opción tanto para el editor como para el público lector. Aún así, la poesía sobrevive –y de este editor no podría decirse lo mismo. En la actualidad, las formas más elevadas de versificación perdieron espacio frente a las voces más simples y de temática cotidiana. El género supo, en la aridez, reelaborarse como una propuesta vívida y afín al lector.
En Fiebre (2014) Quesada vuelve su mirada a la Zona Oeste del conurbano, a los lugares y no-lugares que marcaron su adolecer nocturno. Es un recorrido a través de las vicisitudes de noches efervescentes. Todo toma temperatura. Y con la fiebre llega la ebullición. Amigos, chicas, bondis, trenes, remises, boliches, bares, alcohol y drogas –una perlita: “el recuerdo/de mi imparable verborragia/y el aburrimiento/de todos los demás”–. Y la música es inherentemente ritual, parte protagonista de esa ebullición. Como bien dice Manuel Alemian en el prólogo, son todos lugares comunes. Pienso en Bukowski, por nombrar solo un autor, como el escritor de las perdiciones por antonomasia. La noche le pertenece. Los cuerpos y los sudores, todo lo pecaminoso. Aún así, en la recurrencia de los temas, Quesada aporta, desde su postura, una visión un poco más inocente; una voz melancolía y, sobre todo, conurbana.
Presentación de Fiebre
Presentación de Fiebre
Los poemas de Quesada son en su mayoría breves. Por momentos, esa brevedad provoca una sensación de incompletitud. Quesada logra un desarrollo mucho más positivo en poemas –de más de diez versos– tales como “La pista” o el poema innominado de la página cuarenta y cinco: “[…] llegar a San Bernardo donde/se encontraban mis amigos en un minúsculo y/desordenado departamento/con los platos sucios en la mesa aún/sin bañarse en malla o calzoncillo jugando/a las cartas tomando/en vasos de plástico”. Por otro lado, en ocasiones, el encabalgamiento, recurso usual en el autor, resulta poco funcional, aunque cuando es certero, los poemas de Quesada adquieren gran fuerza musical, reforzada con la rima asonante.
Fiebre se presenta desde un ángulo totalmente distinto al de su predecesor, Bajo una extraña nevada (2013). Ahí radica la evolución de Quesada. Fiebre es una unidad, un conjunto de poemas, algunos más narrativos, otros más fragmentarios, de nostalgia y juventud, que responden a una misma inquietud esencial y en los que Quesada se reafirma en su voz. Retomando la reflexión inicial, en discusión con el denuesto editorial a la obra poética, la poesía sigue abriéndose paso y El ojo del mármol ofrece un catálogo amplio del género entre cuyos títulos figura el poemario en cuestión. En definitiva: hay que leer más poesía, sobre todo la de nuestros contemporáneos.



http://agendaprisma.com.ar/resena-fiebre-de-mauro-quesada/


miércoles, 14 de enero de 2015

jamás me olvidaba los lentes negros

jamás me olvidaba
los lentes negros


ahora recuerdo
como fotografías fuera de foco
a aquellos viajes en colectivo
ya de mañana
cuando de una vez por todas
regresaba de las noches
siempre desplomado
en el último asiento
con mi cara entregada al aire
fresco que se metía por la ventanilla
compartiendo el mundo
con quienes iban
a trabajar